
Tengo unas tuercas que aflojar en un armario de mi casa y no sé exactamente cómo hacerlo. Yo no entiendo mucho de estas cosas, así que le pregunté a un amigo lampista qué tenía que hacer y el me dijo: “mira, C./, lo más seguro es que no sepas cuál es la métrica de las tuercas y cada una tendrá una diferente, consigue una llave inglesa y con esa podrás quitar todas las tuercas”.
Bueno, pues conseguí la llave inglesa pero de momento sólo toma té y las tuercas ahí siguen bien apretadas en el armario. Eso sí, es muy educada, encantadora. Todo son «delicious», «of course», «darling»… con una voz muy suave y moderada.
Por aquí no vamos a ninguna parte. Mi amigo el lampista me dice que lo que tengo que hacer ahora es matricularme en un curso de inglés técnico acelerado para entenderme bien con mi llave inglesa y poder decirle lo que necesito.
Yo con el inglés me defiendo, pero es que necesito un inglés técnico. Pero para hablar un inglés técnico necesito primero conocer el español técnico: métricas de tuercas, pasos de rosca… ¡yo qué sé! Mi amigo el lampista me dice que hay cursos de una 400 horas, sencillos que explican bien todo esto y que… ¡Basta!
Yo solo necesito aflojar unas tuercas de un armario de mi casa, ¡coño!
Por favor, escribe en un comentario cómo se dice en inglés: “¡deja ya el té y afloja las tuercas, que no tenemos todo el día!”.
Recomiéndale este post a un amigo lampista y dale las gracias.
C./