Albert Einstein, bien conocido por sus amigos como Al “el cachondo”, destacó por su muy elaborada teoría de la relatividad. Esa famosa fórmula que todos conocemos: E = m·c2. La E es la energía, la eme es la masa y la ce es la velocidad de la luz, al cuadrado (es el 2 pequeño ese que se ve encima de la ce).
Sin embargo, pocos conocen la enorme influencia que tuvo en el desarrollo de esta teoría la polla de Einstein. Su polla, esa joven gallina que veis en la imagen, jugó un papel esencial en los estudios que Albert realizó. Y, como bien es conocido, estos estudios desembocaron en lo que hoy conocemos como la Teoría de la Relatividad.
No hay documentos fehacientes ni pruebas palpables que demuestren esta afirmación que hoy hago aquí. Se ha hablado mucho en círculos cercanos a este gran hombre sobre la cantidad de tiempo que pasaba el bueno de Al acariciando su polla mientras pensaba en su teoría. ¿Tendrá algo que ver con esto el merecido apodo de Al “el cachondo” o es que, sencillamente, Al era muy gracioso?
Algo muy íntimo tuvo que haber entre Albert y su polla, porque cuando obtuvo el reconocimiento de la comunidad internacional, y para evitar malos entendidos, una “mano siniestra” se hizo cargo de su polla y nunca más se supo de ella. Algunos estudiosos de la vida de Einstein afirman que pudo haber alguien cercano al científico que le arrebató violentamente su apreciada polla (¿de una patada, de un manotazo, se la comieron?…) y allí terminó su historia. Nunca lo sabremos.
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C./