
Ahí tenemos a Mariano Parras. Está muy preocupado porque en una discusión con su mujer le dijo: “¡a mí eso me importa un huevo!”… la verdad es que dijo güevo, pero eso no lo recoge el diccionario… sí que recoge el término “selfi” pero güevo no, tiene cojones el asunto. ¡Da igual! Lo que recoja y reconozca el diccionario da igual nosotros hablaremos como nos dé la gana, como Mariano Parras.
El problema del bueno de Mariano Parras es que lo que le quería decir a su mujer es que el tema en discusión no le importaba nada, ¡pero!, si hay algo que le gusta al bueno de Mariano Parras es un buen huevo frito, con pan tierno… lo de las patatas fritas y el chorizo lo mejoran, qué duda cabe, pero el huevo es el huevo y él solo satisface su paladar y lo lleva al mismísimo cielo. Y su mujer lo sabe, ¡ayyy!.
Ahora el bueno de Mariano Parras se pregunta si su mujer entendió que el tema de discusión le importaba tantísimo como un buen huevo frito o no le importaba nada como, como… ¿un cojón de pato?
Sufre, Mariano. La próxima vez te expresas con claridad y cuando no te importe nada lo que discutas te refieres a ello como el testículo del palmípedo y si te importa de verdad pues habla del buen huevo frito con sus patatas y su chorizo, todo bien refrito.
Escribe en un comentario si te gustan los huevos fritos, con sus patatas y choricillos. Envíale este post a algún amigo entusiasta de los patos y sus genitales.
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet que el diccionario recoge selfi y no güevo (¡seguro que lo has hecho!)
C./