¿Sabéis lo que se siente cuando se produce una tormenta estelar en tus narices? ¿No? Yo os lo cuento.
El pasado 25 de abril mi amigo Joe B. me invitó a una excursión. “Verás que bien te lo pasas C./”, me dijo y yo le contesté: “pos vale”. Mi amigo Joe B. se dedica a la logística, eso dice, y como le sobra la pasta pues alquiló un transbordador espacial y me llevó a dar una vuelta por el espacio. Todo iba de maravilla hasta que Joe B. decidió que era una buena idea dar un paseo espacial. Mal asunto.
En mitad del paseo le entraron ganas de hacer pis y me dijo: “espérame aquí, que ahora vuelvo” y yo le dije: “pos vale”. Y allí me quedé yo solo disfrutando del espacio hasta que se desató la dichosa tormenta estelar. Explosiones de estrellas por todos lados, meteoritos en todas direcciones, radiaciones de todo tipo… ¡un desastre!
No recuerdo lo que pasó. Debí perder el conocimiento y cuando recuperé la consciencia era hoy por la mañana, 4 de mayo de 2024, y estaba en mi cama… Mi tía, la que me cuida, me dijo que el día 25 me di un golpe en la cabeza dibujando la sota de bastos de mi baraja española y que había perdido el conocimiento hasta hoy.
Yo no la creo. Estoy seguro de que mi amigo Joe B. me llevó hasta mi casa después de la “excursión espacial” y que le ha dado algún dinero a mi tía para que me cuente esta historia y no le demande.
El caso es que estoy de vuelta. Mañana, la sota de bastos.
Escribe en un comentario si crees que debería romper mi amistad con Joe B. Recomiéndale este post a algún astronauta espacial conocido.
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet que en las tormentas estelares la lluvia es de meteoritos (¡seguro que lo has hecho!)
C./