Un buen consejo es el que le da un padre a un hijo, un maestro a un discípulo, un buen amigo a… no, este no. No es que un buen amigo no pueda dar buenos consejos, pero no se aceptan tan bien como en los dos primeros casos. No en vano el famoso dicho afirma que “contra el vicio de dar consejos está la gran virtud de no aceptarlos” o algo así.
Sin embargo el consejo que da un padre o un maestro tiene más peso, más valor para el hijo o el discípulo. Es el caso de este gran aerogenerador que le recomienda a su pupilo, el pequeño ventilador, que sea constante y persistente en la tarea de ventilar para llegar a ser un gran aerogenerador como él, de varios megavatios de potencia. Y, ya veis, al precio que esta el megavatio hora, es un buen consejo.
Así es, cada vez que lo conecten, el pequeño ventilador se esforzará meneando su cabeza de un lado a otro y agitando el aire de atrás hacia adelante, de derecha a izquierda y de arriba a abajo no porque no puede. Y según remueve el aire se visualizará así mismo generando megavatios sin parar todas las horas del día.
Cree en ti mismo, visualízate haciendo con maestría lo que sabes y quieres hacer, repite, repite y repite. Todos los días. ¡Así es como se hacen los grandes aerogeneradores! Y por eso cuesta tanto el megavatio hora.
Escribe en un comentario si conocías dónde terminan los pequeños ventiladores. Recomiéndale este post a alguien que le guste un buen consejo. Dale al “megustas” y guarda este post en tus colecciones de cosas “vivanlosaerogeneraodres”.
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet la última cotización del megavatio hora (¡seguro que lo has hecho!)
C./