PARTIDA TOTAL FINAL – 2 EL CIPRI Y EL MARIANICO
Ir al índice
Estos son el Cipri y el Marianico, dos buenos amigos que viven y trabajan en Valmonte Ysepierde. No es que sean el colmo de la inteligencia y de la buena educación pero pueden ir a cualquier lado sin dar mucho la nota.

En realidad, el Cipri se llama Cipriano pero, por cuestión de rimas incómodas, prefiere que lo llamen Cipri. Al Marianico le pasa lo mismo, se llama Mariano pero la solución del Cipri para su nombre no le gusta, eso de hacerse llamar Mari no termina de convencerle. Por eso ha decidido hacer más pequeño el “ano” de su nombre y añadírselo a la Mari, quedando así el Marianico que es aceptable y no da mucho juego a las rimas con cachondeo.

Estos dos están muy seguros de que van a volver a ganar. Llevan dos años seguidos siendo imbatibles en todas las partidas que han jugado. La verdad es que son muy buenos jugadores. Sus mejores valores son lo bien compenetrados que están y lo atentos que están al juego de los oponentes.

A ver, no son malos chicos, los dos trabajan y son honestos. No se les conoce ninguna gamberrada seria. Lo que les pasa es que son un poco groseros y son de esos tipos a los que se les va toda la fuerza por la boca… ¡Sí, unos auténticos bocazas!

¡Ah, sí!, se me olvidaba. La peque es la Yoli, la hermana pequeña de la Vane, y el otro es el Fermín. Le llaman el discóbolo, porque es «el mirón» de la partida de Guiñote. Juega muy mal y no le dejan jugar nunca. Siempre mira y siempre mete la pata al hablar. Pero es muy buen chaval, ¡y muy noble!
Escribe en un comentario si crees que el Cipri y el Marianico ganarán el campeonato de Guiñote este año. Recomienda esta entrada a alguien que sea fan de jugar al Guiñote. Dale al «megustas» y guarda esta entrada en tus colecciones de cosas «partidatotalfinaleslomejor».
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet que una de las causas de que te apeste el aliento, además de la falta de higiene, es un problema digestivo ¡seguro que lo has hecho! Yo, cuando me enteré, me compré un cepillo de dientes más largo para llegar hasta el estómago. De verdad.
C./