EL CASO BADVIBES – 11 UN ASUNTO SUCIO
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Sin duda este era un asunto sucio. Allí por donde iba pasando el viejo sabueso, todos los hechos que sucedían eran extraños y aparentemente inconexos. No era normal. Se imponía la necesidad de parar a reflexionar y de poner orden en todo lo que sabía. Para ello lo mejor era ir a su oficina y utilizar su tablero de corcho para pensar.
Casi cuando llegaba a su oficina recibió una llamada de la forense Lucy Ripper que le confirmaba que el arma que mató a Chan-Pang era la misma que mató a Clark Badvibes. Un dato interesante.
En primer lugar Nancy Badvibes le había contratado para averiguar con quién le engañaba su marido Clark, además, éste le daba a la bebida y estaba endeudado con la mafia por apuestas estúpidas.
Esa misma tarde, ¡oh, casualidad! Clark Badvibes muere en los muelles, probablemente asesinado.
Ese mismo día por la noche encontró en las oficinas de Exports & Imports Inc. la agenda de Clark y documentos de entregas de alijos de la Southern Western Diamonds Inc. Para cada fecha de entrega había en la agenda una cita con una tal Sally, pero faltaba una entrega, la 113.
La policía no tiene más que una denuncia estúpida contra la Southern Western Diamonds Inc. y un expediente «perdido». Teniendo en cuenta que la Southern Western Diamonds Inc. es una empresa tapadera de la mafia, «perder» un expediente es muy sospechoso.
Al día siguiente en el barrio chino, siguiendo la pista de las albóndigas entomatadas de Chan-Pang, confirmó que la mafia estaba implicada en la muerte de Clark cuando descubrió que los esbirros del capo Enrico Uccisore le estaban siguiendo.
Más tarde, presenció como un sicario, probablemente una mujer, mataba a Chan-Pang en su local. El mismo sicario que mató a Clark Badvibes.
Un día más tarde Jimmy Splutter, el susurros, le informaba de que una tal Sally Slimlanky tenía «lo que él estaba buscando».
Todo estaba en el tablero. El hilo que unía la secuencia de los hechos dejaba una imagen clara: sin duda este era un asunto sucio, muy sucio.
El siguiente paso estaba claro: encontrar a Sally Slimlanky, si pudiera ser, viva. Para garantizarlo tenía claro que no le diría nada a Nancy Badvibes.
Te lo cuento la semana que viene…
Escribe en un comentario si crees que Hector Spector ha unido mal en el tablero de corcho la secuencia de hechos y las pistas que tiene sobre el caso Badvibes. Dale al «megustas» y guarda esta entrada en tus colecciones de cosas «hectorspectoreselmejor».
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet que Hector Spector algunos domingos compra el periódico en un kiosko junto al centro comercial que hay a las afueras de la ciudad, ¡seguro que lo has hecho! Yo lo busqué pero está cerrado por defunción familiar. En Pronóstico Reservado lo lamentamos mucho y enviamos a la familia nuestro más sentido pésame. ¡Mucho ánimo!
C./