Armas de fuego

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Armas de fuego

Hoy celebramos el día internacional de la destrucción de armas de fuego. Sin duda tenemos motivos para ser optimistas, pero antes de celebrarlo mucho quiero presentaros la otra cara de esta moneda de la destrucción de esas armas: el sufrimiento de los cigarrillos.

Sí, porque, aunque hacen daño a nuestra salud, también sufren. ¿Qué va a ser de todos esos cigarrillos que quedarán sin quemar? ¿Cuántos pulmones se quedarán sin su nocivo humo? ¿Es necesario causar este dolor? Me pregunto en silencio.

Si ya nadie puede fumar sus cigarrillos porque no encuentra un arma con que encenderlos, ¿quién nos alegrará las mañanas con sus toses estertóreas y compulsivas? ¿Cuántos tratamientos médicos quedarán baldíos? ¿Sabemos lo que estamos haciendo al destruir todas las armas de fuego? Me sigo preguntando en quejumbroso recogimiento espiritual.

Desde aquí hago un llamamiento a la cordura, a la reflexión… ¿Es necesario destruir todas las armas de fuego o nos podemos quedar cada uno con una?

Escribe en un comentario si te parece una ventaja destruir las armas de fuego para acabar también con las barbacoas veraniegas del vecino. Recomienda este post a alguien que le gusten las armas de fuego, le harás polvo su día. Dale al “megustas” y guarda este post en tus colecciones de cosas “armasdefuegolasjustasoiga”.

¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet que el mechero de yesca es el que mejor enciende con mucho viento (¡seguro que lo has hecho!)

C./

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