
Se dice que la buena suerte depende de uno mismo y es verdad. Cualquiera que sea la suerte que nos toque será buena o mala según la encajemos cada uno de nosotros. Elijamos tener la buena suerte siempre.
Esto es lo que le pasó al señor Genaro Santisánchez. Quizá en el mismo momento en el que le cayó el tiesto en la cabeza no fue consciente de su buena suerte y no pudo disfrutarla y saborearla como la ocasión lo merecía. Pero ocho años más tarde, cuando salió del estado de coma no le quedó más remedio que reconocer y agradecer la buena suerte que tuvo.
El asunto es que un domingo por la tarde se asomó a la ventana del salón de su casa para airearse. La buena suerte apareció en ese momento. Justo caía un tiesto de 5 kilos desde una ventana de varios pisos más arriba que el suyo y se estrelló en su cabeza.
La gran suerte es que, en los 8 años siguientes en los que estuvo en estado de coma, el equipo de fútbol del señor Santisánchez bajo a una división inferior. No ganaba un partido ni aunque se lo regalaran y con la pasión que este hombre le ponía al fútbol, seguro que se evitó muchísimos disgustos dominicales.
Lo que demuestra que todo lo que pasa, si se sabe entender, siempre es para bien.
Escribe en un comentario si has tenido alguna vez tan buena suerte como la del señor Santisánchez. Recomienda esta entrada a alguien que le guste la suerte de cualquier clase. Dale al «megustas» y, por supuesto, guarda esta entrada en tus colecciones de cosas «labuenasuerteesunapasada».
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet cuántos estados de coma hay y cuántos años puedes estar en uno, ¡seguro que lo has hecho! Yo lo acabo de buscar y no me lo puedo creer. Resulta que puedes estar toda la vida en ese estado, como lo demuestran los aficionados al «puenting». Hay que estar en permanente estado de coma cerebral para dedicarse a eso.
C./