Justo ha tardado 65 minutos en dar dieciocho mil setecientos ochenta y nueve pasos encima de la cinta sin fin. Como en una «carrera de la rata», los ha dado para llegar exactamente al lugar de partida.
No es verdad que no haya conseguido nada en esa caminata porque Leopoldo ha hecho ejercicio, máxime cuando está todo el día sentado en su despacho o sino en su automóvil para ir de su casa al despacho, de allí al gimnasio y desde aquí a su casa.
Teniendo en cuenta que cada tres pasos avanza dos metros en total ha recorrido una distancia de casi seis kilómetros y medio. Esto es, más o menos, la suma de las distancias que hay entre su casa y el despacho, el despacho y el gimnasio y el gimnasio y su casa.
Leopoldo no se da cuenta de que el principio de la carrera de la rata también se cumple si deja el coche. Si camina esa distancia todos los días, sale de casa y termina en casa y, además, hace el mismo ejercicio y ahorra dinero. Esto último le ayudaría dejar su trabajo de mierda y a mejorar en la vida. Aunque daría al traste con el concepto de la carrera de la rata.
Escribe en un comentario si tu también vas al gimnasio en coche para ponerte a correr o caminar en una cinta sin fin. Recomienda esta entrada a alguien que sea fan de dar pasos en plan tonto para no ir a ningún lado. Dale al «megustas» y guarda esta entrada en tus colecciones de cosas «leopoldonohapensadobienloquehace».
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet qué es la carrera de la rata y qué han hecho las pobres ratas para que las pongan a hacer carreras insulsas (¡seguro que lo has hecho!).
C./