EL CASO BADVIBES – 14 LA ENTREGA 113
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Después de dejar a Sally Slimlanky en el centro comercial, la siguió hasta la estación de autobuses y comprobó que subía en uno con destino… No importa el destino. Se aseguró de que nadie la había seguido y que podía desaparecer para siempre de Darktown. Mientras, ojeaba el documento de la entrega ilegal 113 de la Southern Western Diamonds Inc. Se trataba de una entrega… ¿de cerámica?, ¿un alijo de cerámica?
Regresó a su oficina y leyó con detenimiento el documento de la entrega 113 de la SWD para ver si podía desentrañar algún detalle más. ¿Desde cuándo había contrabando de cerámica? Y, ¿por qué una compañía de diamantes traficaba con cerámicas? ¿Se trataría de algún tipo de cerámica antigua?

Decidió que esa misma noche acudiría de nuevo al almacén de Exports & Imports Inc. en busca de alguna pista más que pudiera aportar algo de claridad a este asunto.





Un buen cargamento de diamantes tallados suponía una auténtica fortuna. Un magnífico alijo estaba escondido en un botijo vulgar y corriente. Clark lo tenía todo bien pensado, pero ¿cómo es que descubrieron sus planes?
No había hablado con nadie, por supuesto, ni siquiera le había dicho a Sally qué es lo que iba a hacer. La entrega 113 estaba prevista para la semana siguiente luego nadie esperaba en estos días los diamantes… Los tenía en su poder y solo tenía que marcharse lejos con Sally y así librarse de todo aquello. ¿Qué es lo que falló? ¿Qué lo delató?
Te lo cuento la semana que viene…
Escribe en un comentario si crees que Hector Spector debería largarse con los diamantes en lugar de ir a negociar con Enrico Uccisore. ¿Qué te apuestas a que Uccisore se carga a Spector? Recomienda esta entrada a alguien que sea fan de los casos de Hector Spector. Dale al «megustas» y guarda esta entrada en tus colecciones de cosas «hectorspectoreselmejor».
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet si hay algún garito judío de venta de diamantes en el centro comercial que hay a las afueras de la ciudad, ¡seguro que lo has hecho! Yo lo he buscado y sí, hay dos. Uno es el de Isaac Yehalomim y el otro es de Josué Atzelan. Creo que es mejor y más de fiar el de Isaac. A Josué le han acusado de ser un poco rácano al poner quilates en los diamantes, pero, vamos, tú ve a comprar los diamantes adonde quieras. ¡Solo faltaría!
C./