No ha habido ningún jugador como el número siete. ¡Qué toque de balón! ¡Qué manera de driblar! ¡Un auténtico maestro en el engaño al contrario!
Ahí lo tenéis haciendo una de las jugadas que le han dado la fama mundial. Después de galopar por todo el campo con el balón pegado a sus pies y regateando hasta su propia sombra se encuentra frente a la portería contraria preparado para chutar.
¿Chutará ahora? ¡No! Primero el engaño. Es un instante inesperado. Ante el asombro de espectadores, jugadores y bajo la atenta mirada del juez de línea, el número siete grita: “¡Mira, un cerdo volando!” Y mientras todos miran hacia donde señala su dedo, en ese momento mágico, patea el balón que termina dentro de la portería contraria. Gol.
No siempre dice lo del cerdo volando porque al final los equipos contrarios se lo aprenden y ya no miran, frustrando así la genial maniobra de distracción. Tiene un montón de engaños. Uno de los que mejor resultado le da es el del inspector de hacienda: “¡Cuidado, detrás de ti tienes un inspector de hacienda!” y el portero abandona la portería y huye hacia los vestuarios a esconder su dinero.
Algunos comentaristas expertos aseguran que, vista la destreza que tiene este jugador en el engaño, cuando se retire del fútbol tendrá un lugar destacado en la política. Ministro como mínimo.
Escribe en un comentario si recuerdas algún otro jugador que engañara como el jugador número siete. Recomienda este post a alguien que sea fan del fútbol, aunque dudo mucho que seas capaz de encontrar a alguien que le guste el fútbol. Dale al “megustas” y guarda este post en tus colecciones de cosas “comojuegaelnumerosiete”.
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet que driblar, regatear y engañar en el fútbol son sinónimos. Aunque el jugador número siete marque la diferencia (¡seguro que lo has hecho!)
C./