Hartazgo

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Hartazgo

Llegar al hartazgo de algo o de alguien nunca puede ser bueno, aunque el hartón de lo que sea pudiera ser, en su justa medida, beneficioso.

Justa medida. Yo creo que este concepto es clave para llegar a entender el hartazgo. La justa medida es algo tan vago y subjetivo como el sentido común. Son ideas muy simples que cualquiera puede entender y que nadie suele comprender.

Decir que “es de sentido común que todo esté en su justa medida”, es como decir que “el gris tiene suficiente cantidad de negro y bastante cantidad de blanco”. Son verdades claras e innegables que no valen para nada y, además, facilitan llegar al hartazgo más rápidamente.

Yo creo que esto es lo que le pasó a Evaristo. Hasta que se decidió a darle una buena patada en el culo a ese tipo gris y tóxico tuvo que tragar y tragar mentiras, tonterías, falsas apariencias… Todas esas tomaduras de pelo que aceptamos de mala gana por no entrar en conflicto.

Afortunadamente Evaristo se dio un buen hartazgo, de esos que hacen época, y terminó a patadas con la situación. Bien hecho, Evaristo.

Escribe en un comentario si ya has llegado al hartazgo de que te pida que escribas comentarios. Recomienda este post a algún “pesao” que conozcas del que ya estés hasta la coronilla. Dale al “megustas” y guarda este post en tus colecciones de cosas “noestoyhartoestoyhastaloscojones”.

¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet que la hartura es un sinónimo del hartazgo y no la hermana pequeña del arturo (¡seguro que lo has hecho!)

C./

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