El jueves es el cuarto día de la semana según nuestra cultura, que empieza la semana con el lunes. Está dedicado al dios romano Júpiter, “dies Iove” en latín. Una de las cosas más famosas que tiene el jueves es que está en medio de la semana. Y esto es muy importante, ¿qué sería de la semana sin una mitad reconocible?, pues, ¡un desastre! Aquí está el jueves.
Volviendo a Júpiter, este dios era padre de dioses y hombres. Siempre iba por ahí, por donde suelen ir los dioses, con un puñado de rayos en una mano y con la otra sujetando el trapo con el que se tapaba todo lo blando, o lo que no suena… (no sé cómo escribirlo para no poner explícitamente que se tapaba la picha y los cojones).
A ver, ir así para que te hagan una estatua está bien: los rayos, el trapito y la mirada perdida hacia el cielo. Épico. Pero todo el rato de esa guisa tenía que ser bastante molesto. A lo mejor por eso es por lo que siempre parece estar cabreado.
Supongo que a Júpiter le hubiera gustado tener una mano libre aunque solo fuera para rascarse, además de lo blando, otras partes de su cuerpo, comerse una manzana, acariciar a Juno… No sé, a lo mejor era Juno la que le rascaba o le daba a comer manzanas, ¿quién sabe?, ni siquiera los máximos expertos en mitología romana se ponen de acuerdo en esto, como para saberlo nosotros.
Escribe en un comentario si alguna vez, en público, te ha picado donde no suena y no has podido rascarte. Recomienda este post a alguien que sea fan de la diosa romana Juno. Dale al “megustas” y guarda este post en tus colecciones de cosas “jupiternosetapaseestarascandolasbolas”.
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet que Iove es el nombre en latín de Júpiter (¡seguro que lo has hecho!)
C./