Entre los hábitos de los millonarios exitosos hay uno que tiene una dificultad especial en su comprensión. No en el hábito en sí, sino en como lo entendemos. Es el hábito de la ducha fría.
Analicemos este hábito con dos casos de tipos que quieren que su vida sea un éxito millonario. El primero es Jeffrey, imagen de la izquierda. Un tipo, humilde trabajador, que a duras penas le llega con su sueldo para sobrevivir en la ciudad en la que vive. Pero ha visto en Internet algunos vídeos sobre hábitos millonarios y los está probando. Hoy la ducha fría.
El segundo caso es Jimmy, imagen de la derecha. Un millonario que no da un palo al agua y que lo último que ha hecho con gran esfuerzo es ver en Internet algunos vídeos sobre hábitos millonarios y los está probando para ser más millonario todavía. Hoy la ducha fría.
El caso Jeffrey
La ducha fría es el segundo hábito millonario que prueba Jeffrey. El primero es levantarse a las 5 am. Este hábito le ha costado poco asimilarlo porque ya lo hace todos los días para ir al tajo. Ahora, nada más levantarse, se mete en bolas en la ducha y le da al grifo del agua. Da igual a qué maneta le de, la del agua fría o la de la caliente, siempre va a salir fría porque no tiene con qué pagar el agua caliente.
A estas alturas del año el agua sale a 0,5 ºC. Sin duda es agua fría. No es que disfrute mucho, pero aguanta. Todo sea por ser millonario. Después, irá a trabajar, comerá lo que caiga, seguirá trabajando y, a última hora, volverá a casa reventado y dormirá hasta mañana a las 4,30 am, hora en la que volverá a disfrutar de su segundo hábito millonario.
El caso Jimmy
Jimmy se levanta cuando ya no tiene sueño. La casa está caldeada por la calefacción porque a estas alturas del año hace fresquete. Se pone en bolas, gradua el agua de la ducha a 26 ºC y cuando alcanza esta temperatura se mete y se da una ducha ligera de 30 minutos, se enjabona bien con su gel dermoprotector ultrahidratante y se masajea por todas partes con su esponja suave-chupo-succionadora.
Después, ya relajado, irá a su partida de tenis al club de golf. Luego, comerá con Betty y disfrutarán de una velada íntima en su yate, donde Sebastian les servirá un estupendo ágape. Seguramente dormirán en el yate y cuando despierte estará encantado de levantarse y seguir practicando su nuevo hábito millonario.
Conclusión (personal)
Analicemos la situación en sí. El hábito es la ducha fría, pero… ¿qué es en realidad?
El agua se congela a 0 ºC, y ya no sirve para la ducha. Por otro lado, hierve a 100 ºC, se hace vapor y tampoco sirve. Por lo tanto para una ducha el agua puede estar entre 0,1 ºC y 99,9 ºC, más o menos. En tres tramos podríamos decir que de 66,6 ºC en adelante sería una ducha de agua caliente; de 33,3 ºC a 66,5 ºC lo sería de agua tibia; y, por último, de 0,1 ºC hasta 33,2 ºC la ducha sería de agua fría.
Así que yo creo que los dos lo hacen bien. Los dos se duchan con agua fría y tienen la misma probabilidad por igual de ser millonario (uno) y más millonario (el otro). Y seguro que también serán felices por igual, aunque ahora no lo parezca.
Escribe en un comentario si tu te duchas con agua fría o pasas de ser millonario. Recomienda esta entrada a alguien que sea fan de ser millonario con duchas de media hora a 26 ºC, no creo que lo encuentres. Dale al «megustas» y guarda esta entrada en tus colecciones de cosas «estoyconjimmyyjeffreyesidiota».
¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet cuáles son los otros hábitos para triunfar en la vida como millonario (¡seguro que lo has hecho!)
C./