Laocoonte y la serpiente

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Laocoonte y la serpiente

Estaba yo el otro día visitando el museo Pío-Clementino de Roma, no tenía otra cosa que hacer, y al llegar adonde yo creía que estaba la escultura de Laocoonte y sus hijos me encontré con esta otra y un letrero que ponía: Laocoonte y la serpiente.

“¡Venga ya!” Empecé a protestar y ya decidido a que me devolvieran el dinero de la entrada cuando se me acercó un vigilante y me contó qué es lo que había pasado con la escultura original.

Resulta que pasa el tiempo y, como ocurre en todas las familias, los chicos crecen y quieren tener su propia vida. Así, hace ya tres años que los hijos de Laocoonte se marcharon. El mayor se fue a vivir con su novia de toda la vida y el pequeño y la otra culebra dijeron que se iban de voluntarios a la isla de Lampedusa, a echar una mano a los inmigrantes africanos.

La serpiente que se ha quedado es la que siempre ha estado arrollada en Laocoonte y no sé si será por el roce, pero se han cogido cariño.

En fin, es lo que queda de aquella magnífica escultura y tenemos que conformarnos.

Escribe en un comentario si llegaste a ver el conjunto escultórico completo con los dos hijos y la otra culebra. Recomienda este post a alguien que sea fan de Laocoonte y la serpiente. Dale al “megustas” y guarda este post en tus colecciones de cosas “grandeslosmuseosvaticanos”.

¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet que la famosa escultura de Laocoonte y sus hijos está atribuida a Agesandro, Polidoro y Atenodoro de Rodas (¡seguro que lo has hecho!)

C./

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