Rayuela

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Desde niño Norberto veía a su hermana mayor brincar sobre los cuadradillos pintados con tiza en el suelo y cómo una y otra vez a pequeños saltos recorría aquel cuadriculado camino pateando una pequeña piedra. Cada vez que lo conseguía los gritos y las risas de su hermana y sus amigas le daban a entender que habían alcanzado algo grande y digno de tal júbilo. Poco a poco Norberto entendió la filosofía rayuélica y fue aprendiendo el camino de la perfección hacia la iluminación a través de la Rayuela.

Así, durante veinticinco largos años de contemplación y ascetismo, practicando todos los días desde el amanecer hasta el atardecer, Norberto llegó a ser un gran «monje de la Rayuela». Por las noches, recorría mentalmente y espiritualmente los nueve cuadradillos de tiza a la pata coja, empujando la piedrecilla a cada salto.

Entendió cada uno de los nueve mundos por los que su alma debe peregrinar hasta alcanzar el paraíso. Su alma es esa pequeña piedra que va de mundo en mundo a fuerza de patadas y que si no quiere ir al puto infierno ni debe salirse de los cuadradillos, ni quedar en mitad de una rayuela.

Y todo brincando a la pata coja… es como la vida misma. Pero este es el juego, esta es la disciplina si quieres alcanzar la perfección y la iluminación.

Escribe en un comentario si has jugado alguna vez a la rayuela y si sabes llegar hasta el paraíso (cuadradito 9). Recomienda esta entrada a alguien que sea fan de los nueve mundos. Dale al «megustas» y guarda esta entrada en tus colecciones de cosas «yonoquieroiralputoinfierno».

¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet quién es el escritor que escribió  la obra Rayuela (¡seguro que lo has hecho!)

C./

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