No se sabe bien la causa pero tres preposiciones enloquecidas corrían sin control de aquí para allá. Eran por, de y tras. La mala suerte fue para Juli que paseaba por allí sin saber qué peligro le amenazaba.
Y, así, de sopetón, las tres preposiciones arremetieron contra el desprevenido Juli de tal modo que la primera en golpear fue la «ese» de «tras», que frenó casi de golpe toda la preposición cuando impactó contra el Juli.
La «de» apenas pudo reaccionar y chocó contra «tras», endureciendo el golpe en la trasera del Juli. Y, ¿que pasa cuando las preposiciones de y tras se juntan?, pues que aparece el adverbio «detrás» y a la «a» le sale una tilde muy, muy dura. ¡Qué casualidad que a la «a» le salga una tilde bien dura justo cuando está debajo del culo del Juli! ¡Ya es mala pata!
El grito de dolor del Juli fue épico en ese momento. Pero llegó a ser un berrido legendario cuando un instante después la preposición «por» arremetió contra el recién aparecido adverbio «detrás» incrustando «hasta los hígados» la dichosa tilde en el ya maltrecho culo del Juli.
¡Qué desastre! ¡Qué dolor! ¡Y todo por, de y tras!
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¡Un momento! Escribe en un comentario si has buscado en Internet si el adverbio detrás en este caso sería «de modo» y no «de lugar» (¡seguro que lo has hecho!)
C./